En la vida nada es para siempre, todo cumple una misión temporal y los cambios son inevitables. Todo cambio nos da una dosis de inseguridad increíblemente alta que nos lleva a aferrarnos a cosas o personas como antídoto a este proceso. Sin embargo es un intento, en muchas ocasiones, fallido.
Como cambio nos referimos a cualquier situación de la vida: un cambio de look, de casa, de país, de trabajo, de pareja, de jefe, de amigos... Justo al momento del cambio hacemos la comparación con el pasado y decimos: pero si estaba bien antes... El otro me gustaba más... Es que fulano no es así... Es que me hace falta aquello... Y es justo aquí donde digo que nos aferramos a antiguas cosas para sanar esa dosis de ansiedad que nos produce el cambio, sin embargo, nosotros seres humanos tenemos la gran capacidad de adaptación y respuesta que ningún otro ser vivo tiene.
Muy ligado al cambio se encuentra nuestra capacidad de decisión. La toma de decisión es un proceso durante el cual la persona debe escoger entre dos o más alternativas. Todos y cada uno de nosotros pasamos los días y las horas de nuestra vida teniendo que tomar decisiones. Algunas decisiones tienen una importancia relativa en el desarrollo de nuestra vida, mientras otras son gravitantes en ella.
Cuando dudamos en tomar una decisión es porque tenemos miedo al cambio que pueda producir. No existen malas decisiones cuando se tiene la certeza que la decisión tomada es la correcta. La verdadera seguridad se genera siempre desde adentro y es la consecuencia de un compromiso con uno mismo; No está en relación con los resultados que obtenemos, sino con la creencia de que cual fuera la situación que debamos enfrentar, seremos capaces de abordarla y solucionarla satisfactoriamente.
Todos los seres humanos somos muy sensibles a los resultados de las decisiones que tomamos (cambios). Si las cosas salen bien, pues entonces estamos contentos, aumenta nuestra confianza y también aumenta nuestra seguridad. Pero cuando las cosas no salen como nosotros queremos, caemos en el más absoluto desánimo, y lo primero que nos planteamos es: ¿qué hicimos mal?, ¿en qué nos equivocamos?, cargando sobre nuestras espaldas culpas y responsabilidades inexistentes.
Los principales obstáculos o bloqueos psicológicos provocan perjuicios en todas las áreas vitales y, en especial, en el proceso de toma de decisiones. Son inconscientes, generalmente actúan juntos y se nutren unos a otros lo cual, no obstante, trae la ventaja de que al superar uno o varios de ellos se puede enfrentar a los demás.
“Una vez que tomamos una decisión, el universo conspira para hacer que ocurra”. También mencionado por Paolo Cohelo en muchos de sus libros. Pero… ¿qué ocurre si cometes un error y fracasas? Fracasar no ha hecho a nadie un fracasado; el rendirse sí lo ha hecho… y rendirse es también una decisión. Dicen que los heroes son personas normales cuyo valor duró uno o dos minutos más… ¿Te has dado cuenta cómo en el Beisbol los más grandes bateadores y jonroneros son los mismos que se ponchan más a menudo?
Debemos identificar cuáles son las creencias que te están privando del éxito en tu vida, para sustituirlas por otras, que te beneficien. Partiendo de la base que todo lo que piensas y crees se convierte en tu realidad. Eres el único o la única responsable de lo que estás viviendo ahora.