En entradas pasadas hemos visto que muchas de las veces que nos enfermamos las raíces son emocionales. Esto puede ir desde pequeñas cosas que nos pasen la vida diaria hasta grandes traumas infantiles, muchas veces inconscientes: los maltratos, los divorcios, los abusos, los gritos y la violencia doméstica. No tenemos que haber sido protagonista de estos hechos, pero el sólo estar de testigo ya nos involucra y crea en nuestro organismo mecanismos de defensa que proyectamos en nuestra vida de adulto y, es lo que nos hace más propensos a "sufrir" por aquello que rechazamos, por aquello a lo que nos negamos y pensamos: "es que soy así", "esta es mi forma de ser"... Y si, es tu forma de ser que ha sido moldeada desde que naces por factores ajenos a ti, son miedo internos producto de traumas infantiles... Ahora veremos de qué y por qué nos tenemos que desprender:
- El orgullo: es aquello que nos hace sentir que nuestro ego está herido por cualquier circunstancia dolorosa que hayamos atravesado. Mientras más orgullosos somos más sensibles somos... Sentimos que el dolor es tan grande que no podemos soportarlo y mientras más lo sintamos más difícil se hace sanar las heridas. El problema está, en que la mayoría de las persona no acepta que algo les dolió pero sienten que no se merecían eso y, lejos de olvidar lo que hacen es recordar día a día, y, peor aún, consciente o inconscientemente sienten que "alguien debe pagar por eso". Muchos de los problemas familiares o de pareja son producto de situaciones conflictivas que han causado alguna herida en el pasado y no han sido sanadas.... La cura para el orgullo es EL PERDÓN, sino aprendemos a perdonar jamás seremos personas sanas. Esta falta de perdón conlleva a enfermedades del corazón.
- El odio: sentimiento infundado, generalmente, en el seno familiar porque es el sitio donde nos desenvolvemos la mayor parte de nuestros días, más aún cuando somos pequeños que es cuando nuestra mente absorbe todo; se puede dar por: competencia y rivalidad entre conyugues, problemas de alcoholismo y drogadicción, divorcios, abandono por parte de alguno de los padres, infidelidades, violencia doméstica, abuso sexual, etc. Como hemos dicho, estos sentimientos no se manifiestan el momento, sino que son mecanismos de defensa que adopta la persona para que "no le vuelvan a herir", no puede olvidar y reparar el dolor pero puede "perdonar" al familiar, en caso que haya sido este el causante, pero se promete internamente que no le volverá a pasar lo mismo. Toda la amargura resentimiento la vierte hacia afuera; si el problema es familiar será con la pareja, círculo de amigos, etc., y viceversa. En este punto podemos comprender porque hay tanto odio y resentimiento social a nivel mundial ya que la población infantil ha sido y es la más maltratada y abusada del planeta y, cuando comienzan a desarrollarse como persona son susceptibles a cualquier herida y están siempre a la defensiva. Hay veces que simplemente no se "perdona" y el odio a muerte es totalmente manifestado, lo cual es igual de perjudicial.
- El miedo: enemigo número 1 del ser humano. Hay muchas personas que no se permiten llenarse de orgullo ni de odio. Perdonan pero igual "temen" a ser heridos, no están a la defensiva, pero sufren el miedo de las heridas. El 100% de los seres humanos le tenemos miedo a algo emocional. Hay personas que se han hecho esclavas del miedo y simplemente no avanzan, por ejemplo: muchas personas que tienen temor de no ser buen padre (porque de pequeño sufrieron en el seno familiar) y deciden no tener hijos. Personas que vivieron divorcios fuertes de ellos mismo o de sus padres y deciden no volver a casarse o no casarse ni una vez; a estas personas les cuesta mucho confiar en una pareja porque "temen", así sea de forma inconsciente, terminar como los padres.
- La amargura: alguna vez te habrás en encontrado con alguien que SÓLO habla de sus problemas y frustraciones. Se puede padecer de amargura y no tener orgullo, ni miedos ni odios, tener un un matrimonio duradero y una familia estable, pero, constantemente te estás "quejando" de lo que te falta. Este tipo de personas no contraatacan a nadie pero siempre están con mal humor, no valorizan las cosas ni las personas que tiene a su alrededor y al final termina amargando a quienes se involucran con ella e incluso creando rechazo, lo cual fomenta en ésta una nueva razón para tener amarguras. Este tipo de persona tiene un déficit de amor, no sabe dar ni recibir afecto.
- La falta de perdón: hay personas que no odian pero no perdonan, que no tienen orgullo pero no perdonan, que no tienen miedo a volver a ser heridos, pero no perdonan, que no andan amargados hablando de sus frustraciones pero no perdonan. Es decir, ellas deciden no pasar la vida amargados, ni angustiados, ni humillando al que le hirió, pero simplemente, dicen entre si "yo olvido pero, no perdono". Esto es una gran trampa emocional, la persona cree estar sana porque no anda hablando de lo sucedido, porque no anda temblando del miedo, y porque todavía trata al que le hirió como si nada pasó pero todo esto no es mas que una capa que oculta sus verdaderos sentimientos y emociones. Esta persona simplemente, ha sabido camuflajear lo que realmente siente en su interior dándole nombres distintos, para no admitir que siente odio, orgullo, miedo, amargura y falta de perdón. La mayoría de estas personas, son las que terminan sorprendiendo a la gente, cuando un día, sin previo aviso, sacan todo lo que tenían dentro del corazón, y los demás se quedan sorprendidos porque pensaban que esa situación ya no tenia cabida en sus vidas, que era ya un tema olvidado y se preguntan ¿porque esta persona reaccionó así si se llevaba bien conmigo?. Lamentablemente, estas personas terminan quedando delante de los demás como unas hipócritas ¿Si esta persona tenia todo eso en su corazón, porque me seguía tratando?... Esta persona lucha hasta el final por mantener relaciones favorables, pero en su interior hay un volcán que necesita salir a flote, y es allí, cuando ella descubre de que realmente la situación no ha sido superada. Tal vez, todavía no has llegado a esa etapa, pero necesitas revisar si ya has perdonado realmente o si en realidad el problema esta allí latente, necesitas, estudiarte, analizarte y sincerizarte contigo mismo. Si descubres que no has perdonado, empieza a trabajar en ello.
La cura para todos estos males está en LA PAZ INTERIOR, ésto no algo que se recibe por pastillas, por terapias psicológicas, por una religión o por los ejercicios de Yoga; la paz interior se consigue tomando decisiones sobre ti mismo con voluntad.. Todos en momentos de desesperación hemos buscado elementos externos que "nos curen", así como cuando nos enfermamos físicamente y creemos que es "por el clima" y no porque tenemos algo guardado.No puedes pretender tener paz interior si no perdonas, si odias, si te dejas amargar por el pasado, si has decidido no perdonar y mucho menos, si decides tomar la justicia en tus propias manos.
Si quieres que tu vida fluya decide perdonar, decide ser agradecido con la vida, decide olvidar el error, decide no hacerle agravio a otros aunque te hayan herido. No puedes ser un río de dos fuentes o eres amargo o eres dulce, o eres valiente o eres débil, o eres feliz o eres un desdichado, o eres una persona con buenos sentimientos, o eres perverso. Tu decides qué quieres ser. La paz interior sólo se consigue en un corazón perdonador, un corazón lleno de amor, un corazón que se esfuerza intentando sobreponerse a las viejas heridas, y dejando todo atrás.